lunes, octubre 12, 2015

La peor de las fiestas nacionales posibles.

A estas alturas los pocos que aguantáis con paciencia la lectura de estas lineas tenéis claro lo que es para mi el sentimiento nacional sea ancestral o de nuevo cuño, sea unionista o independentista-. Para quien haya tenido la desgracia de caer aquí por accidente lo resumo: Lo respeto y comprendo su origen pero me parece una perdida de tiempo innecesaria, un arma psicológica de control por parte del poder y una reminiscencia que nos impide avanzar en búsqueda de soluciones globales.
Y claro las fiestas nacionales como la de hoy me producen curiosas reflexiones que también se resumen en algo muchas veces escrito en estas líneas: Cada país tiene la fiesta nacional que descubre lo que es.
La mayoría de las naciones de La Tierra tienen su independencia como hito nacional. Un remedo patrio del "ande yo caliente y ríase la gente", un declararse Juan Palomo a nivel patriótico. Ya se sabe "yo me lo guiso, yo me lo como". Tiene su lógica cuando demuestran cada día que el resto del mundo les importa un carajo.
Otros tiran de Santos Patrones, como San Jorge los británicos, para amalgamar una serie de nacionalidades que llevan peleando entre sí desde el albor de los tiempos. Pero mantienen fiestas nacionales para conmemorar que un tipo estuvo a punto de hacer saltar su Parlamento y matar a su rey. Que cada uno lo interprete como quiera.
Los hay que, algo más comprometidos, mantienen como fiesta nacional el día en que decidieron dejar de aguantarse. Ya eran independientes pero les pareció adecuado pelear por su libertad y su dignidad. ¡Vive La France y el 14 de Julio!
¿Y nosotros?
Nosotros celebramos nuestra fiesta nacional -que es impuesta como todas y en la que no vamos a trabajar losmás como todas- el día en el que concluyó un viaje realizado por un genovés vendemotos que logró engañar a dos monarcas ávidos de riqueza y que, por pura casualidad -no por convicción o conocimiento-, se encontró con una inmensidad de nuevas tierras a las cuales mandamos lo peor de cada casa para iniciar un saqueo y expolio sistemático de sus riquezas, una ocupación ilegal de sus territorios y un exterminio casi total de toda cultura y fuente de civilización que nos encontramos a nuestro paso. 
Que no es peor que lo que hicieron otros, lo sé, pero aquí lo del "y tú más" no cuela.
¿Celebrar algo que no hizo un compatriota -Lo siento, Colón no era español, ni castellano, ni aragonés- que ocurrió por pura chiripa y que completamos de la peor manera posible? Curioso, muy curioso.
Podríamos hacerlo el 25 marzo y tirar de espíritu solidario ya que ese día fue en el que por fin desapareció la esclavitud en los reinos europeos. Aunque claro tendríamos que reconocer que fuimos los últimos en abolirla y que encima lo hicimos por iniciativa de un rey de origen extranjero, Amadeo I de Saboya.
O incluso podríamos celebrar nuestros intentos de libertad y colocar la fiesta nacional el día de la revuelta de los Comuneros de Castilla, de la proclamación de la Constitución de 1812 o incluso de la retirada de las tropas napoleónicas tras perder la Guerra de Independencia.
Pero no. Elegimos un día que es como si Estados Unidos hiciera fiesta nacional para conmemorar la Masacre de Wounded Knee o del lanzamiento de la bomba de Hiroshima, Japón la masacre de Nanking, Alemania la invasión de Polonia, Inglaterra  la Jornada Sangrienta de Jallianwala Bagh, Francia los exterminios de Setif y Guelma en Argelia o Rusia el bombardeo indiscriminado de Crimea.
Todo el Occidente Atlántico y todo país que ha sido o querido ser potencia mundial ha hecho muchas de esas. 
Pero los demás tienen por lo menos el decoro de no enorgullecerse de ello y algunos hasta piden perdón por esas atrocidades. Nosotros lo celebramos a bombo y platillo, con misas y desfiles militares.
Comprenderéis que no ponga demasiado entusiasmo en  la celebración de nuestro Día Nacional.

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