miércoles, agosto 19, 2015

Matisyahu y la estupidez elevada a la sexta potencia

A ver si consigo explicarme.
No he escuchado una sola canción ni traducido una sola letra del tal Matisyahu pero me parece una estupidez de proporciones épicas que se cancele su actuación en el festival de Benicasim. Y lo que es peor, me parece una muestra del más absoluto desprecio por la cultura, los valores democráticos y lo que es más grave me parece un ataque frontal a la libertad porque si un gobierno no es quien para exigir una declaración política a nadie mucho menos lo es la organización de un festival musical: ¿quien se han creído que son los comisarios políticos de la antigua DDR?
Y las estupideces se suceden en cadena
La primera porque todas exigencias parten de hacer caso a una iniciativa de boicot supongo que salida de Internet. Así que no se trata de una cuestión de principios, sino de una decisión basada en el miedo de no vender entradas, no ganar dinero y no obtener beneficios. Algo que nada tiene que ver con la situación de la guerra en Israel y Palestina.
La segunda estupidez viene de los organizadores del boicot BDS País Valencià (Boicot, Desinversiones y Sanciones). El tal Matisyahu es estadounidense, paga sus impuestos en Estados Unidos y hace ganar dinero a una discográfica estadounidense. 
De modo que el Gobierno de Netanyahu no está afectado por el boicot, No supone ninguna desinversión en Israel y por supuesto no busca ninguna sanción para el estado israelí salvo en el caso de que el cantante done todas sus ganancias para la construcción de asentamientos ilegales en la franja de gaza o que la hija de Barack Obama sea acérrima seguidora del cantante y consiga convencer a su padre de que modifique toda su política en Oriente Medio para poder escuchar su actuación vía satélite en Benicasim. Hipótesis harto improbables, me temo.
La tercera estupidez es que Compromis, Podemos e IU se metan en ese carro. Porque ni Compromis ni ninguna otra fuerza política debería defender algo que está frontalmente en contra de nuestra constitución como exigir a alguien que se pronuncie sobre sus creencias o su ideología con presiones u amenazas. Como no estaban de acuerdo cuando el gobierno del PP de Aznar exigía a todo el mundo a diestro y siniestro que firmara o hiciera de palabra declaraciones contra el terrorismo y el independentismo vasco. ¿es que han perdido la memoria?
La cuarta estupidez parte del Gobierno de este país. El Ministerio de Asuntos Exteriores puede intervenir para deplorar el asunto, incluso para mediar pero no para decir que la decisión tiene "tintes antisemitas". A Matisyahu se le aparta por ser sionista -no hay derecho a hacerlo, pero es por ese motivo- , no por ser de raza hebrea ni por ser de religión judía, sino por defender la ideología sionista que mantienen los gobernantes de Israel. El antisemitismo no tiene nada que ver en esto aunque el Partido Popular lleve embarcado en una estrategia absurda de demostrar el totalitarismo de la nueva izquierda española comparándola con los nazis.
Y la quinta estupidez la cometen todas las asociaciones sionistas, de defensa de Israel o como quieran llamarse que se quejan y "se opone al boicot cultural en cualquiera de sus formas por considerarlo un atentado contra la libertad de expresión artística". Si eso fuera cierto no exigirán la retirada de discos de raperos neonazis alemanes y austriacos o de grupos de Hard Metal estadounidenses por sus letras contra el "poder judío" o incluso el boicot a libros de escritores tan reputados como Gunter Grass bajo la acusación de antisemitismo ¿no es eso un boicot cultural en cualquiera de sus formas?, ¿no es eso un atentado contra la expresión artística?, ¿también han perdido la memoria?
Y para rematar la media docena de estupideces que se han agrupado en este asunto entra en escena la embajada de Israel en España. Matisyahu es un ciudadano estadounidense y la diplomacia de este país, tan proclive a intervenir en favor de sus ciudadanos allende sus fronteras tengan razón o no, está más callada que una Madre Superiora en un burdel. La embajada de Israel no tiene nada que ver con Matisyahu aunque sea hebreo, aunque sea judío de religión. Ella representa los intereses de un país, no de una religión ni de una raza. A menos, claro está, que acepte la condición de teocrático del gobierno al que representa.
Así que al final todo este asunto del concierto de Matisyahu en el Festival de Benicasim es una estupidez. No sé si me he explicado con la suficiente claridad.

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