sábado, marzo 21, 2015

Andalucía o el voto vivido como carta de amor

Andalucía vota hoy y eso me recuerda una vez que escribí una carta de amor y alguien -concretamente el alguien a quien iba dirigida esa carta- me dijo: "Es preciosa, pero no siempre quien mejor dice las cosas es quien más las siente. Hay quienes no saben decir lo que siente pero...",
Y dos días después, leyendo otra carta de amor escrita por otro a otra persona, comentó "Es preciosa, quien se toma la molestia de poner todo esto por escrito demuestra que sus sentimientos son reales".
Y os preguntareis qué tienen mis intercambios de misivas amorosas -correos electrónicos, ¡qué no soy tan viejo, cojona!- con las elecciones anadaluzas. Pues tiene que ver que hoy Andalucía debe decidir si vota como ese alguien reacciona ante las cartas de amor o no.
Los argumentos de los grandes partidos -sus amantes tradicionales- son los de siempre. Incompletos, generados a toda prisa, dichos a destiempo. Son como las frases inconexas de ese que "no sabe decir lo que siente". Son frases inconexas, balbuceos, tartamudeces.
Pero les valdrán a los andaluces si se les quiere justificar, si se les quiere seguir amando -como le pasaba a ese alguien que recibió mi carta con su otro "pretendiente"-. 
Si es así, los nuevos partidos, los que les ofrecen una alternativa sincera, aunque arriesgada, serán los malos, serán los populistas. Y la prueba irrefutable de que no son sinceros, de que mienten, será que dicen cosas hermosas.
Con el PP y el PSOE me temo que Andalucía ya ha hecho esa elección. 
Ha elegido a quien amar, de quien estar enamorada, pese a que sus palabras no la convenzan, pese a que sus frases no tengan sentido o sean incompletas.
Y dará igual lo que el amante no deseado diga, dará igual lo que exponga y cuan fuertes sean sus argumentos y sus sentimientos. 
Si se los dijeran a otros, si los escucharan para ellos de la boca de sus elegidos amantes del PSOE o del PP, serían la prueba de que dicen la verdad, no serían populistas, no les generarían desconfianza, les harían arrojarse directamente en sus brazos y yacer con ellos en el lecho como si no hubiera un mañana.
Pero me temo que, como la carta de amor no llega de quien se desea que llegue, no va a valer nada de lo que cualquier partido que no sea el PSOE o el PP haya dicho o hecho por amor a Andalucía.
Por suerte una nueva generación no votará como una amante enamorada de antemano que justifica todo lo que su partenaire diga o no diga porque ya ha decidido que solo le quiere a él.
A lo mejor, solo a lo mejor, con eso basta por ahora.

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