miércoles, septiembre 18, 2013

La huelga y Wert, el instrumentalista democrático

Existe una novela -una trilogía, para ser exactos- que tiene un nombre más que curioso: Los Señores de la Instrumentalidad. 
Puede que la historia, una de estas de futuros post civilización vaya de otra cosa, pero si hay alguien que se merece ese nombre, ese rango y ese título en nuestro presente es el Ministro de Educación, ese ente soberbio y arrogante, poco sospechoso de humanidad, llamado José Ignacio Wert.
El titular -que no responsable- de la Educación en España ha vuelto a las andadas. Como a nadie le gusta su ley, él se requema en su soberbia y como le protestan y amenazan con hacerlo masivamente el próximo 24 de octubre pues el tira de los suyo, de instrumentalidad. Y vuelve a tratar de utilizar la democracia instrumentalmente, para sus fines, para su defensa.
Afirma el ministro que "se trata de una huelga política" y que “las huelgas políticas no están contempladas ni amparadas por la Constitución ni la legislación laboral”.
Y dicho así, bote pronto y sin una reflexión mayor, puede parecer que tiene razón. Quizás por eso el ministro sonría tras decirlo, porque no confía en que seamos capaces de una reflexión mayor.
Pero, claro, la LOCME, su LOCME, todavía no ha entrado en vigor, así que todavía somos capaces de pensar.
Los profesores de la enseñanza pública trabajan para el Estado y por tanto el Gobierno es su jefe -no su dueño, como la corte genovesa quiere, pero sí su jefe-. Así que si su jefe modifica sustancialmente sus condiciones de trabajo, pone en marcha mecanismos que les dificultarán el ejercicio de sus actividades, arremete contra la esencia misma de sus funciones, cierra sus centros de trabajo y no cumple - de manera indirecta, al no dotar presupuestariamente para ello- con las mínimas normas de seguridad, salud e higiene en el trabajo, la huelga está más que justificada.
No son los profesionales de la educación los que han transformado el asunto en político. Ha sido Wert y su corte de adláteres autonómicos, desde Figar hasta Catála, los que han decidido hacer política con la educación. Así que, siguiendo su criterio serían ellos, sus cambalaches y su intento de modificar la sociedad los que no se hayan  amparados por la la Constitución.
Y puede que el proceloso ministro que no acepta sugerencia alguna de nadie pueda tragar eso, pero si duda dirá que eso sirve para los maestros, los profesores y los profesionales de la enseñanza pública en general, pero desde luego que no para los alumnos "vagos y antisistema" que también harán huelga.
Wert de nuevo instrumentalizará la realidad democrática -algo que ya es costumbre- pretendiendo ignorar el hecho clave: que el principal trabajo, la única ocupación social del estudiante es precisamente esa: estudiar.
Y si un gobierno -jefe de la enseñanza pública por definición- les resta los materiales, cercenando las becas de libros; les dificulta el acceso, metiendo un tajo elitista y segregador en las becas universitarias; les corta la posibilidad de elección, eliminando las becas de movilidad y reduciendo a cantidades pírricas o inexistentes las de transporte y les coloca en el límite del riesgo, haciendo que tengan que acudir para estudiar a barracones insalubres, a centros con goteras, con basuras acumuladas por impago, la huelga está más que justificada.
Y cierto esque todo eso no se recoge en la funesta LOCME, pero sí el hecho de que puedan ser expulsados del proceso educativo por no aprobar una reválida, o de que hagan descender sus conocimientos a mínimos propios de la sociedad de Los Santos Inocentes o que se cree una situación de desequilibrio valorando para una media docente asignaturas que nada tienen que ver con la obtención de conocimientos.
Wert es el primero que se llena la boca de decir que los estudiantes deben dedicarse a estudiar. Así que, si ellos consideran que la LOCME les dificulta ese que es su trabajo tienen todo el derecho constitucional y legal a ir a la huelga. Y ya lo han dicho varios tribunales aunque el soberbio ministro olvide consultar sus sentencias.
Y aún así todavía le restan los padres que apoyan esa huelga. Ellos no deberían hacer la huelga. Ellos son todos "izquierdosos sociatas" que hacen política.
A lo mejor la Constitución no dice nada al respecto y la legislación laboral tampoco. Pero el Código Civil sí. Es responsabilidad de los padres velar por los intereses de los menores hasta que estos tienen capacidad legal de hacerlo ellos mismos.
Así que ahí, en algo tan sencillo, está la cobertura legal a ese apoyo a la huelga por parte de los padres. Aunque a Wert se le olvide o se le quiera olvidar.
Pero la instrumentación de la democracia del ministro aciago que Rajoy ha tirado sobre nuestra educación pública no acaba ahí:
“No está justificada una huelga que se plantea frente a un instrumento legislativo como la LOMCE, que está siendo discutido por los representantes de la soberanía popular sobre todo cuando los convocantes son sólo una parte del sistema educativo, es decir, algunos representantes de padres, alumnos y profesores", mantiene el orgulloso ministro.
¡Vaya, Sancho, con la soberanía popular hemos topado!
Quizás no estaría justificada si no la hubiera impuesto en contra de todos los representantes del sistema educativo, pero se podría argumentar que la reforma no está justificada porque ha sido rechazada por todos los órganos de representación que la Educación tiene en un sistema democrático. Por el Consejo Educativo en pleno, por la Junta de rectores, por todos los sindicatos de la enseñanza -todos, no unos pocos-, por todos los sindicatos de estudiantes, por la inmensa mayorías de las asociaciones de padres de la enseñanza pública y hasta está puesta en tela de juicio por varios organismos europeos.
Pero claro la instrumentalización de la democracia de la que Wert se ha titulado cum laude hace que todo ese peso social sea irrelevante ante los votos que el PP recibió en las pasadas elecciones, más la mitad de los cuales -por puro desarrollo estadístico de la sociedad española-  corresponden a personas que ni estudian ni tienen hijos en edad escolar.
Wert olvida algo que quizás nunca aprendió porque no se detuvo a leer a ese individuo con peluca empolvada y mal genio recurrente llamado Jean Jacques Rousseau: la soberanía es popular, no sufragista. Reside en el pueblo, no en el voto.
Y para completar la trilogía de la instrumentalidad democrática en su favor, Wert suelta una de sus invectivas clásicas.
"Los argumentos del colectivo son simplemente la repetición de una serie de eslóganes, algunos de los cuales, como el “desmantelamiento de la escuela pública”, no coinciden con la realidad de los datos objetivos”.
En esto solamente se puede pedir algo de comprensión al señor ministro.
Porque escribir que se han despedido a 20.000 profesores de la enseñanza pública mientras se han contratado ha 800 docentes más en la concertada y además se han recortado los presupuestos de las escuelas públicas en 5.000 millones de euros en dotación para los centros públicos, mientras se ceden en suelo más de 11.000 millones para la construcción de centros privados religiosos es demasiado largo para escribirlo en una pancarta.
O gritar que se han recortado 50 millones de euros en la dotación de la educación compensatoria, y los mecanismos de adaptación curricular mientras se mantienen  solamente en una comunidad, 100 millones de gasto en profesores de religión o que se conceden becas de comedor a los colegios concertados mientras se niegan las de transporte y comedor a los públicos o que se invierte en reformar un centro privado religioso concertado mientras no se saca de barracones casi anegados a los alumnos de centros públicos que deberían ser preferentes en el sistema, es demasiado largo para gritarlo en un eslogan.
Así que con decir que "se está desmantelando la educación pública" la idea queda resumida. Que para no resumir ya están post como este.
Y toda esa instrumentalización de la democracia para defenderse, todo ese argumentario falsamente demócrata que utiliza el ministro Wert se destruye en una sola frase final que demuestra que en realidad no tiene ni ha tenido nunca nada de demócrata:
“No es una opción” mantener el ‘statu quo’ educativo".
¿por qué no es una opción?, , ¿porque el actual sistema educativo no les permite utilizar el dinero de la enseñanza pública en cubrir los agujeros negros financieros que quieren cubrir?, ¿por qué necesitan dinero para paliar un déficit que no creo la enseñanza pública ni la sanidad pública sino todas las obras majestuosas e inútiles y todos los gastos suntuarios a los que gobierno central y comunidades autónomas se arrojaron?, ¿por qué en el actual orden de cosas no se puede potenciar la educación concertada religiosa para que órdenes y obras religiosas puedan ganar dinero con ello a la vez que evangelizan?, ¿por qué el sistema no permite obtener mano de obra semi esclava para que los empresarios afines puedan emplearla cuanto antes por tres o cuatros centenares de euros al mes?

La respuesta es muy simple. No es una opción porque él y la corte moncloita a la que pertenece han decidido que no lo es. No porque la realidad, la soberanía popular o la economía lo demuestren.
Porque cuando la democracia solamente se usa como un argumento instrumental. Al final siempre se te ven las vergüenzas totalitarias cuando hablas.
Otra cosa que aún no ha querido aprender el señor Wert y que es de esperar que la huelga del 24 de octubre le demuestre.



1 comentario:

Ateo666666 dijo...

A este gobierno cualquier cosa que huela a política o democracia les repele. Ellos son más partidarios de la "democracia orgánica" nacionalcatólica y fascista de tan infaustos recuerdos. http://diario-de-un-ateo.blogspot.com.es/2013/08/el-portavoz-del-partido-popular-rafael.html

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