jueves, marzo 07, 2013

60.000 docentes menos o la educación que nos arroja por la Roca Tarpeya

Mientras nuestro gobierno pierde nuestro valioso tiempo -que para ellos no debe serlo- en requiebros judiciales con su díscolo y locuaz ex tesorero, las muestras, los síntomas, de lo que esta originando su política siguen aflorando. Las secuelas de su mas peligrosa y aciaga corrupción, que es vender el Estado por partes a sus socios y amigos, siguen haciéndose presentes.
En lo que va de Era de Las Tijeras se ha sufrido un recorte en gastos de plantilla en la Educación Pública de proporciones mareantes, astronómicas. Una reducción que equivale a la eliminación de los gastos salariales de -siéntense si no lo están- 61.700 profesores.
Aunque el computo no es exacto, es una equiparación -porque los sueldos de directores, jefes de estudio y demás son algo más altos, tampoco mucho-, la perdida de personal es algo tan abrumador que resulta imposible pretender que la Enseñanza Pública pueda sobrevivir a ello.
Y aquí es donde empezaremos a escuchar los ecos de los gritos de los genovitas que reboten contra las paredes diciendo "herencia recibida", "herencia recibida". Porque ese descenso se ha producido desde 2009, con lo que argumentaran que esculpa del Gobierno de Zapatero y no suya.
Y es cierto que es desde el 2009, pero pasarán adrede un dato por alto. Entre el curso 2009-2010 y el 2010-2011, el cómputo estatal de docentes de la pública aún aumentó. Cierto es que bajó en algunas comunidades, pero la suma en todo el territorio aumento. Y ¡que curioso! donde más descendió en esos años fue en Madrid, Baleares y la Comunidad Valenciana ¿Sabemos quién gobernaba en esas comunidades autónomas?, ¿sabemos quien tiene transferidas las competencias educativas?
Bueno, pues no procede extenderse más en esta lección.
Nosotros casi siempre abordamos este dinamitado constante y continuo de la enseñanza pública por lo económico, por la injusticia que supone destruir y hacer descender a límites ínfimos la calidad de la enseñanza a la que tienen acceso los que menos tienen.
Pero estas inmensas cifras de recortes nos arrojan a otra realidad aún más dolorosa, aún más terrible, aún más repugnante.
El Partido Popular en todos sus gobiernos nacionales y autonómicos no solo te condena a ser rico para poder acceder a una educación de calidad. También te obliga a ser rápido.
Porque la mayor parte de las plazas perdidas en ese salvaje recorte de docentes van a parar sobre las espaldas y las mentes de aquellos que tienen más problemas de aprendizaje. Se eliminan los profesores para los desdobles, los docentes para la diversificación curricular, los maestros de inmersión para niños que proceden de otros países, otras lenguas u otras culturas.
No solo condenan al progenitor pobre, condenan al alumno lento.
Diseñan una Educación Pública masificada, con ratios de alumnos muy por encima de lo deseable. Y eso es casi insoportable para profesores que ahora además tienen que cubrir las funciones de los maestros que ha perdido su centro, pero es algo absolutamente trágico para aquellos procesos educativos que suponen una atención especial.
Aumentar en tres o cuatro alumnos el ratio de un aula de diversificación curricular impide que aquellos que tienen problemas sean tratados con la tranquilidad y la paciencia que necesitan por profesores que estarán cada vez más presionados y dispondrán cada vez de menos tiempo para dedicárselo a los alumnos que más lo necesitan.
Porque reducir o eliminar los desdobles para ahorrarse profesores -mientras curiosamente no se reducen los de religión, por ejemplo- impide a los que tienen problema en una asignatura concreta mantenerse al día y con ello les condena al fracaso académico, a la salida por la puerta de atrás de sus expectativas educativas.
Nos arroja al darwinismo social más despiadado. Al maltusianismo más lacerante.
Si no puedes tirar de dinero o de genética estarás condenado al fracaso. Te convertirás en un nuevo ilota condenado a la servidumbre solamente porque en un momento dado de tu educación no había disponible un profesor de desdoble de lengua que te permitiera entender el arcano de las terminaciones regulares e irregulares del participio en las conjugaciones verbales del castellano; verás abocado tu futuro a un sueldo miserable de subsistencia en una empresa que aumente ad eternum su beneficio a costa de tu falta de preparación porque un profesor de un grupo de diversificación curricular, quemado, agobiado por la falta de tiempo y el exceso de alumnos, no pudo dedicarte diez minutos más para explicarte las diferencias entre la Década Ominosa y el Sexenio Absolutista.
Como en la antigua Esparta, el que nace con un poco de dificultad, el que no es perfecto o el que no puede contribuir con su fortuna a la defensa del reino es arrojado monte abajo para que perezca o debe, como mal menor, asumir una existencia de esclavitud perpetua en el más bajo abismo de la Roca Tarpeya.
Y que no digan que lo hacen para ajustar o para racionalizar nada porque es mentira. 
No hay nada que ajuste la perdida de 60.000 docentes. 
He visto a profesores y alumnos utilizar el recreo en solventar dudas, he visto a docentes quedando en un bar después de clase con sus alumnos para solucionar dudas, he visto a maestros respondiendo con el móvil a sus alumnos a las dudas que les plantea el estudio del examen del día siguiente.
No hay nada que ajustar, no hay nada que racionalizar. Lo hacen porque esa es la Educación Pública que quieren. Porque esa es la sociedad que quieren.

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