martes, julio 10, 2012

Gobierno de España, El musical

Puesto que estamos en pleno periodo veraniego donde las escenas se llenan de musicales y puesto que nuestro gobierno se ha encomendado a la Virgen del Rocío para salir de la crisis, nos ha recuperado las monterías de jabalíes a lanzada pura y dura y parece que se ha arrojado a la mítica más rancia posible para taparse las vergüenzas, hariamos bien en buscar entre lo más granado y florido de nuestro estilo patrio musical para hallar una forma de definirlos y llenar las maltrechas taquillas de nuestros teatros.
Señoras y Señores, con ustedes El Gobierno de España, El Musical.
Diriase que el primero que debería aparecer en escena sería el mandamás, el hilo argumental básico de este gobierno nuestro. El protagonista principal de los neones.
El bueno de Don Mariano hace su entrada triunfal y en la platea resuena en surround 5.1 dolby, estereo:
"Extraño como un pato en el Manzanares, 
torpe como un suicida sin vocación, 
absurdo como un belga por soleares, 
vacío como una isla sin Robinson.
Oscuro como un túnel sin tren expreso, 
negro como los ángeles de Machín, 
febril como la carta de amor de un preso..., 
Así estoy yo, así estoy yo, sin ti. -donde, claro, el sín tí debe ser el déficit cero, es de suponer- (Joaquín Sabina)


Como el prota no aguanta mucho en escena le llega el turno a su methatron, a la coprotagonista, a la partenaire perfecta en estas lides.
¡Entre el glamuroso rosa palído y azul celeste de sus canastas maternales llega Soraya Saenz de Santamaría, vicepresidenta, portavoz del gobierno y no se sabe cuantas otras carteras más y los bafles rugen y crepitan con algo más moderno, más de los ochenta!
No digas una palabra más,
no me fío de ti, ya oí
eso en algún lugar y no
te lo has aprendido bien.
Es una historia de playback.
Alguien dicta en la sombra y tú
sólo mueves los labios. (Santiago Auserón)

Y por fin la escena se inunda de secundarios.
Nuestra querida Fatima Bañez, maestra en invocaciones marianas comienza con un imposible remix de loo más granado de nuestra copla y lo más duro de nuestro rock heavy de los tiempos del vinilo.
"Mi oración Señora, vuela hasta tu nido,
Virgen del Rocío, para tí es mi canción.
Quiero que me guies, quiero que me abraces,
quiero que me traces el camino a seguir" (Rocío Jurado). 
Y poco a poco los bajos van subiendo, las guitarras flokloricas se tornan eléctricas y surge el inevitable grito heavy de inicio de canción.
Trabajo sucio es lo que pago,
trabajo sucio pero es trabajo.
si con dinero quieres estar.
trabaja sucio y lo tendras. (Eskorbuto).
Aprovechando la incorporación de tan patria tonadillera, de nuevo el protagonista principal entra en escena para interpretar una breve oda a la Prima de riesgo.
Y yo quedé prendido a tu tormenta
Perdí el timón sin darme apenas cuenta
Como una ola, tu amor (el de la prima de riesgo, se entiende) creció
como una ola.
Y para completar el homenaje gubernativo a nuestra gloriosa todanillera. Madrina de honor de los guardias de la torre londinense -a la sazón beefeaters- se incorporan a escena Cristobal Montoro y José Ignacio Wert entonando a dos voces bien timbradas un duo también hecho famoso por la diva de Chiclana.

"Es un gran necio, 
un estúpido engreído, 
egoísta y caprichoso, 
un payaso vanidoso, 
inconsciente y presumido, 
falso, enano, rencoroso, 
que no tiene corazón"
 (Rocio Jurado). 
Concluido el obligado deambular por la copla juradiana -¿existe el estilo en concreto?- retomamos las modernidades y nuestro querido Ministro del interior, Jorge Fernández Díaz, aparece en escena con uniforme completo de mando de unidad de intervención antidisturbios entonando, más pausado, una composición de cantautor algo trasnochado pero más cercana al perroflautismo del que bebe la inspiración en su día a día
El tiempo ha pasado, 
las cosas han cambiado, 
quizás se respira mejor, 
pero corremos delante de los mismos, 
y es que, pasado el tiempo, hay quién no envejeció. 
Vivimos atrapados en azul, atrapados en azul, 
atrapados en azul, ellos me protegen de ti, 
¿de ellos quién me va a proteger? 
Atrapados en azul (Ismael Serrano).
Puesto que ya esta el respetable en encendida defensa de las fuerzas del orden es momento para otro dueto de altos vuelos entonado por Pedro Morenes, Ministro de Defensa, en los graves y el ínclito José Manuel Margallo, intermitente secundario de Asuntos Exteriores en los tonos de mezzosoprano castrato.
¡Gibraltar!, ¡Gibraltar!,
avanzada de nuestra nación.
¡Gibraltar!, ¡Gibraltar!,
punta amada de todo español.
A mi Patria le robaron,
tierra hispana del Peñón,
y sus rocas hoy hollaron
con el asta de un extraño pabellón
(Himno patrio, 1953).
 Algo forzado, ya en mitad del espectáculo, aparece el abuelo de Heidi -uy, perdón el ministro de Agricultura, Arias Cañete- y como no le dejan entonar una loa en favor de los directivos de Bankia ni está de moda aquello qe Maria Ostiz de "un pueblo es, un publo es" pues tira de Machado -un valor seguro- para definirse con tonos del cansino cantautor catalán de siempre.

Bajo el bigote gris, labios de hastío
Y una triste expresión que no es tristeza,
sino algo más o menos el vacío
del mundo en la oquedad de su cabeza.



Como de duetos va la cosa -que ahora se estila eso de los featured- culminan la función los señores de los recortes, los dueños de los copagos, la pareja de moda en los servicios sociales españoles. Ana Mato, ministra de Sanidad, y el inefable Luis de Guindos, que ha hecho de la Economía un recortable infinito. Y se arrancan por Fitipaldis y fitos, que el hecho diferencial también tiene su hueco en un gobierno musical.
Nunca se empieza una batalla tarde,
las penas siempre llegan enseguida,
tu siempre pides para nunca darme,
yo sólo pido lo que tu me quitas.
(Fito y Fipaldis) .

Y llegado el momento de apoteosis final, por fin entra en escena el cameo más importante, la pobre de Ana Pastor tan sólo da palmas porque a su ministerio casi no le queda ni siquiera dinero para eso.
 Para el albañil. para su peón
para el ferralista o el encofrador,
gruísta o yesero, pintora o pintor
ya no queda pasta pá la construcción (Leo Rubio) 
Y aparece entre el falso humo y las luces estrobóscopicas el señor Ruiz Gallardón, Don Alberto, ministro de Justicia, que duda entre marcarse un "I will Survive" en toda regla o un It's Raining men como está mandado.
Pero al final  opta de nuevo por un patrio arranque de copla al que se van uniendo todos los demás integrantes del Ejecutivo hasta que el último y mas grande de ellos sale a recibir los honores de tan mágnifico espectáculo.
 La Jurado y Manuel Alejandro se unen una vez más en este musical imposible que es lo mismo que nosotros hemos querido que sea nuestro gobierno.
"Ahora es tarde, señora,
 ahora es tarde, señora. 
Ahora nadie puede apartarlo de mi,
ahora nadie puede apartarlo de mi".
(¿Será el gobierno o el desastre? No lo dejan muy claro).

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