domingo, julio 22, 2012

Canal 9: ¿qué hay de lo mío?

Pocas veces se asoman a estas endemoniadas líneas suntos que tengan que ver con eso en lo que la vida y mis decisiones me ha llevado a trabajar.
Pero de vez en cuando no está de más hacer un paréntesis entre lo de lo nuestro y hablar de lo mío. Aunque en este caso lo mío esté en Valencia.
Unos días  antes de pedir el rescate financiero, fiscal y todos los que sean posibles, Fabra -el presidente de la Generalitat Valenciana, no el cacique de Castellón- permite un ERE en la Radiotelevisión Valenciana, en Canal 9.
Y, como todo hoy en día, se justifica con los números, se intenta explicar con la crisis, se pretende excusar con los recortes. Y una vez más es falso desde el planteamiento hasta la conclusión.
Se habla de situaciones heredadas cuando no existen, se explica porque no se puede mantener el servicio cuando es mentira. Los números no les cuadran porque ellos han hecho que no les cuadren y lo han hecho porque siempre han tenido en mente lo mismo, lo que querían hacer, lo que siempre han querido hacer y nunca ha funcionado.
Cuando Eduardo Zaplana -¿se acuerdan de Zaplana, ese hombre que pasaba recibos del Capabro con su compra doméstica como gastos de representación cuando era ministro?- accedió a la presidencia de Valencia una de sus frases más celebradas ante el comité ejecutivo del PP valenciano fue “la televisión es el último bastión en el que están resistiendo los socialistas”. Y claro, es puso a minar ese bastión.
¿Era por entonces Canal 9 una empresa magnificada?, ¿era una empresa deficitaria? Sí y no. No y sí. Me explico.
La Televisión Valenciana ha pasado de 650 trabajadores en 1995 a 1.800 en 2010. La deuda ha seguido un camino peor: ha pasado de 30 millones en 1995 a 1.309 al final de 2011. Se ha multiplicado por 40.
Pero Zaplana quería deshacerse de ella porque los profesionales que estaban en ella habían sido contratados por oposición y no podía cambiarlos por periodistas afectos a su gobierno. Su segunda medida de su primera legislatura fue intentar privatizarla. Entonces era rentable -la deuda era una situación circunstancial puesto que se contabilizó a principios de año cuando se habían hecho los desembolsos para los derechos futbolísticos y todavía no se había recaudado la publicidad y el resto de los beneficios que generaban-, entonces no estaba sobredimensionada. Simplemente quería privatizarla porque era su posición ideológica y para librarse de un medio de comunicación que él consideraba "un bastión socialista".
Lo primero podría haber sido respetable. Lo segundo era pura paranoia y manía persecutoria.El neoliberalismo no lleva añadida la claúsula ideológica de "ir contra el PSOE" en su marchamo ideológico, que yo sepa.
Y ahora años después, cuando ha sido el propio PP el que ha engrandecido la plantilla, el que ha aumentado cuarenta veces su deuda, se ampara en todo eso para privatizarla. No para limpiarla, no para reflotarla. Para privatizarla.
Hay una sentencia que se lo impide. Pero el Gobierno valenciano del PP, amparado en la desesperante situación económica que ellos mismos han generado en ese medio de comunicación y en toda la comunidad autónoma dicen que hace falta privatizarla de facto.
Después de casi dos décadas purgando profesionales, haciendo que periodistas que han recibido premios nacionales de periodismo cubran desfiles de moda, haciendo que profesionales del periodismo internacional pasen de dirigir programas de investigación premiados a gestionar los teletipos, después de 20 años de incorporar personal sin paso por oposición, sin ningún control salvo el de la supervisión ideológica del PP de Valencia, lanzan un ERE que deja al 75 por ciento de la plantilla en la calle.
Pero curiosamente el criterio de haber aprobado la oposición no se tiene en cuenta en el ERE, curiosamente todos los que no han sido incluidos en el ERE han sido incorporados en los últimos seis años, curiosamente un 75 por ciento son de administración y ejecutivos, curiosamente todos los periodistas que se mantienen han sido incorporados a dedo y sin oposiciones, curiosamente todos los cámaras, los técnicos de sonido, los editores de video, los grafistas y los especialistas en postproducción son despedidos. Muchas curiosidades. Definitivamente un ERE muy curioso.
¿Qué hay que administrar y ejecutar en una televisión si no hay cámaras que graban, técnicos que editan y reproducen o guionistas y redactores que crean contenidos?
Obviamente nada. Sin audio y sin visual un medio audiovisual es simplemente un espacio y un tiempo en negro, completamente en negro y en silencio.
Los sueldos de los ejecutivos que se mantienen son mucho más altos que los de aquellos que son despedidos ¿por qué no se les incluye en el ERE si se trata de ahorrar?
Porque no se trata de ahorrar, se trata de usar como excusa el ahorro para hacer algo que la ley española les ha dicho que no pueden hacer: privatizar una televisión pública.
No es que ejerza el don profético del que carezco, pero llevo suficientemente en la Televisión para saber que esto funcionará así.
La Televisión Valenciana necesita quedarse con su administración porque lo externalizará todo: servicios técnicos, producción, retransmisiones, catering, seguridad, emisiones, mantenimiento. Todo. Sólo se quedará la administración -afecta por sistema a cualquier empresa por ese sentimiento de formar parte de los que dirigen el cotarro-. Todo lo que se pague por esos servicios se considerará inversión y desparecerá de la cuenta de gastos. Los números parecerán otra cosa y las cuentas del déficit parecerán cuadrar. Pero en realidad no cuadrarán. Irán a peor.
Porque los costes se elevarán como mínimo un 12% -el aprovechamiento industrial que todas las productoras cargarán por sus contenidos- más un 21% -el flamante IVA aumentado que las empresas externas cargarán por sus servicios-. Pero todo eso ya no figurará dentro del déficit de la entidad.
Y los profesionales despedidos serán contratados por sueldos miserables en esas productoras y compañías de servicios que serán contratadas por Canal 9. Ellos verán reducidos sus ingresos pero las productoras seguirán engordando sus gastos de producción por series y programas destinando una parte de esos engrandecidos presupuestos a soltar dinero bajo cuerda a los ejecutivos que se han quedado por comprarles sus productos y sus servicios.
No es que crea que va a funcionar así. Es que sé que está funcionando así. Trabajo en esto.
Y los medios técnicos que ahora no tienen personal que los opere serán alquilados a esas empresas para hacer los programas que antes hacía el propio ente. Empresas que en realidad no pagarán por ellos pero que harán que sobre el papel la Televisión Valenciana reciba unos dineros que le ayudarán a cuadrar sus cuentas. Ventajas del dinero virtual.
No se trata pues de una necesidad, no se trata de hacer rentable una televisión que no lo es por su condición de servicio público, como intentan vender y revender una y otra vez aquellos que han tomado esa decisión.
Si se tratara de hacerla rentable a lo mejor tendrían que echar a parte del personal, pero empezarían por los ejecutivos y seguirían por todos aquellos que no han aprobado oposiciones. Si se tratara de hacerla rentable, revenderían sus derechos televisivos para cerrar agujeros, tirarían de reposiciones, de reducciones de presupuesto y de programas de bajo presupuesto de producción propia que no suponen una carga de aprovechamiento industrial y de IVA. Si se tratara de hacerla rentable no la privatizarían de forma encubierta. Esa fórmula sirvió para reflotar Antenne 2, la BBC y otras cuantas televisiones públicas cuando se vio que el sistema de gestión había creado un agujero financiero. Pero aquí ni se intenta. Porque eso no da dinero ni presencia a aquellos que quieren mantener ambas cosas con la televisión pública.
Lo que se trata de hacer es aprovechar la crisis para hacer algo que una sentencia judicial les prohibió en su momento y para hacer que un servicio público no sea rentable para todos, sino solamente para las empresas afectas que consiguen los contratos.
Lo que se trata es de seguir llenándose los bolsillos a costa de Canal 9 pero sin que se note como se nota ahora.
Ese es el concepto que el PP valenciano tiene de hacer rentable un servicio público. Hacerlo para ellos, no para los ciudadanos. Eso es lo que nos intentan vender.
¿Sólo en TV? Parece que al final no sólo hablaba de lo mío. 
Y algunos me dirán que eso es corrupción y no neoliberalismo y probablemente tengan razón.
Pero el PP es como entiende el neoliberlismo así que mientras la voten y le apoyen es eso lo que apoyan no a Adam Smith, ni a John Maynar Keines. A lo mejor si quieren un liberalismo neocon de verdad lo primero que tienen que hacer es cambiar el PP y obligarle a dejar de fingir que es neoliberal y empezar a serlo. Entonces y sólo entonces, quizás podrán hablar por fin de ideología política y económica.

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