domingo, marzo 18, 2012

De los padrecitos de Rosa Solbes a las madrecitas 1 (especial día del padre)


Otro día de esos que se acercan y se celebran de forma especial. Otro día de esos que todo el mundo pretende arrimar a su sardina como un ascua ardiente y reivindicativa.
Y este con más razón, porque el día que se nos echa encima es ni más ni menos que el Día del Padre. Un día dedicado a algo que solamente se puede ser si se es hombre ¡Anatema!
Y como el anatema es insalvable y la iconoclastia se antoja imposible por genética y biología, las hay que optan por aprovecharlo para lo de siempre.
Y una de ellas es una tal Rosa Solbes, que claro se tarda un segundo en saber de dónde viene y adonde pretende que todos vayamos.
La buena de Rosa se escribe una de esas pildoritas, uno de esos artículos concentrados por mor de las supuestas exigencias de los blogs, las redes sociales y la dificultad de concentración de las mentes humanas hoy en día.
Una pildorita que parece que permite expresar ideas y conceptos sin necesidad de argumentarlos ni demostrarlos. Lo que se estila en el entorno ideológico del feminismo radical. Una arenga, vamos.
Pero como yo confío en la capacidad de concentración y en los argumentos voy a jugar a otra cosa.
Destripemos lo dicho por la donna progresiste Rosa Solbes.
"A la RAE (gran abanderada contra el sexismo) le molesta que procuremos evitar el masculino genérico".
La primera en la frente. Parece que a Doña Rosa (gran abanderada del sexismo femenino) le molesta sobremanera que La Real Academia de la Lengua le recuerde que el genérico parte de una conjugación latina que es neutra por definición y en la que "o" y "e" no son sinónimos de masculino. Le preocupa  que le recuerde que para hablar de lengua y de lenguaje se tenga que saber de etimología.

Es de suponer que Doña Rosa ve a muchas mujeres de la AMPA
en esta foto cuando se trata de pelear y de encerrarse pasando frío.

“ Pero a nosotras nos choca más aún si un pie de foto informa de que “debido a los recortes, los padres tienen que limpiar el colegio” cuando en la imagen solo aparecen dos de ellos, en la última fila y haciéndose unas risas, mientras un puñado de madres (para variar) blanden escoba y fregona. Es solo un ejemplo reciente, pero hasta hace nada a las AMPA se las llamaba Asociación de Padres de Alumnos, aunque a ellos no se les viera el pelo por el centro”.
Ejemplos y chascarrillos se pueden usar para todo. Así que empezaré en su línea. A mi -que yo no doy mi opinión en un plural mayestático de "nosotras" que no sabemos a quién incluye y si cuenta con el beneplácito de todas las incluidas-  me choca más aún esa demanda cuando no la veo expresada con denuedo cuando un titular anuncia "la asociación de vecinos de Las Huertas construye una presa para salvar un lago" y solamente se observa en la foto a un buen puñado de hombres arrimando el hombro, sucios de yeso y polvo de ladrillo, mientras dos señoras entradas en años aplauden -¡que eso da mucho ánimo al currante!- y un grupo de mujeres al fondo a la derecha en animada charla con unos adecuadísimos para el arduo esfuerzo tacones infinitos, fumando en corrillo no dan un palo al agua.
¿Ante esa foto no había que utilizar el genérico solamente como masculino?, ¿no les chocó eso entonces?
Por no hablar de que tampoco hacen la más mínima reivindicación de que se rompa el genérico ante titulares como el de "la mayoría de los maltratos a menores provienen de sus padres", cuando cuatro instituciones oficiales aportan el dato muy parejo de que el 70 por ciento del maltrato infantil proviene de las madres. En esas circunstancias ¿tampoco hay que pedir que se rompa el genérico que oculta el sexo de quien hace las acciones?
Ya para seguir con la argumentación de chascarrillo y ejemplo costumbrista. El contraargumento a eso de las AMPAS y las APAS se me antoja curioso.
En el colegio en el que estudie yo -no sé cómo sería en el suyo- todos los entrenadores de todos los equipos deportivos -de chicos y de chicas- eran padres de alumnos, todos los que montaban los aparatos para hacer todos los sábados atletismo eran padres de alumnos, los que dibujaban las líneas, ponían las redes en las porterías, acompañaban a los equipos en su desplazamiento responsabilizándose de su transporte, recogían los balones, controlaban la puerta, gestionaban las equipaciones y mantenían el orden a toque de silbato eran padres de alumnos.
Todos los que montaban las barras, los escenarios, los conglomerados musicales, las planchas, las barbacoas y las luces de las fiestas de fin de curso eran padres de alumnos, los que acarreaban las cajas de refrescos, de patatas fritas, de cortezas, eran padres de alumnos. Los que acudían a apoyarnos en nuestras huelgas y a los profesores en las suyas eran padres de alumnos. Nuestro colegio estaba tan lleno de padres como de madres. Y tengo fotos.
Pero sigamos.
“Se supone que por San José toca regalar corbatas, taladradoras, fragancias y cosméticos que “calman tu irritación”. Y no digo yo que no haya motivos para estar irritados, pero vamos, tampoco creo que sea precisamente por su condición de progenitores”.
La broma es buena pero tiene, como todo, su segunda parte omitida, su reverso tenebroso.
¡Claro como en el día de la madre, las mujeres que lo son se emocionan con que les regalen un manual de supervivencia, un texto de teoría política del igualitarismo o un sesudo ensayo sobre la función estigmatizadora del patriarcado en las relaciones internacionales de La Hélade en lugar de su sempiterna cestita del bodyshop y su crema antiarrugas! Que no digo yo que muchas no tengan motivo para estar arrugadas, pero tampoco será por la acción de ejercitar se maternidad.
 Bien es cierto que los padres ya no son lo que eran, aquellos seres amenazantes con quitarse la correa cual presidentes de la Asociación de la Prensa, aunque luego los truenos se diluyeran en la nada.
EL recurso al ideario colectivo suele ser una buena herramienta para ocultar la falta de algo más. 
Bien es cierto que las madres ya no son aquellas que te perseguían por las estancias de la casa, descargando su zapatilla contra la nalga que tocara por un quítame allá esos doscientos gramos de acelgas reticentes en el plato, o que tiraban de colleja que siempre daba de refilón y picaba mucho más que dolía si no engullías en tiempo de record del mundo el bocata de Nocilla o sobreasada. Seguro que tampoco son ya las que echaban mano del tirón de oreja vergonzante en la puerta del colegio ente el suspenso o los novillos descubiertos.
Y es de suponer que tampoco serán ya de las que tiraban de la eterna amenaza de "verás cuando llegue tu padre", como si todo lo que ellas hubieran hecho, zapatilla y pellizco en ristre, no tuviera contar  y hubiera que olvidarse y sólo tener en cuenta la amenaza del progenitor masculino
Y supongo que tampoco serán aquellas que en cuanto el varón entraba por la casa cargaban con aquello de "tienes que meter en cintura a la niña, que a mí no me haces caso" o "dile algo al niño que yo no estoy para eso", negándose a asumir que su parte en la división familiar era ese rol que habían asumido y que las permitía no tener que salir a buscar las lentejas de la familia, mientras presionaban a sus parejas al pluriempleo y las horas extra porque "un hombre que se precie tiene que mantener a su mujer y a sus hijos".
Pero claro, es de suponer que el ideario y la caricatura colectiva del hombre con el cinturón desenvainado es justa y todas las demás sobre la madre forman parte de una perversión machista de lo que ocurría ¡Que se lo digan a mis posaderas!
“Ahora los hay tan amorosos que luchan a brazo partido por la custodia compartida, que suelen ser los mismos que antes no apostaban en absoluto por el cuidado compartido ni por repartir la colada”.
Ahora las hay tan amorosas que luchan a brazo partido por mantener la custodia unitaria, que suelen ser las mismas que se negaron a asumir el sostenimiento económico compartido de los hijos y que no apostaban en absoluto por su obligación de aportar ingresos a la casa, amparadas en que alguien tenía que hacer la colada.
“Y nuestro Gobierno, tan sensible y acogedor, está auspiciando el congreso que pretenden celebrar dentro de diez días, donde previsiblemente se hablará de lo malas que son las ex y de cómo ponen a las criaturas en su contra a través de un síndrome inventado por cierto propagandista de la pederastia.”
Y nuestros anteriores gobiernos, tan sensibles y combativos, han auspiciado asociaciones, simposios, mesas redondas, congresos, fundaciones, centros de estudios que ya han celebrado y han seguido celebrando, hasta gastarse miles de millones de euros en subvenciones, y en los que de hecho solamente han hablado de los malos que son los hombres, sus ex en particular, y como toda la sociedad está en su contra a través de un concepto de violencia inventado e irreal basado en los desvaríos ideológicos de una cierta defensora de la eugenesia genética que solamente permitiera nacer mujeres aunque eso llevara al género humano a la extinción.
Empezamos a ver que todo tiene su reverso, su réplica. Que cuando se usa un argumento has de asegurarte que no es reversible porque entonces el argumento no sirve de nada.
Pero ahora llega lo gordo.
"La reacción no ha tardado en producirse, y hay un movimiento pidiendo a la Generalitat que no dé pábulo a semejantes conspiranoias".
¿Eso es una reacción? ¿Pedir a la Generalitat? Claro como todo lo que han obtenido siempre lo han obtenido del poder no tienen otra forma de reaccionar que seguir haciéndolo.
Se puede dar pábulo a conspiranoias que mantienen que todo lo que hace un hombre lo hace por machismo, que desde el principio de los tiempos existe una conjura para mantener a la mujer sojuzgada e invisible, que hasta hace tres días todos los hombres pegaban a sus parejas y violaban a sus mujeres en el secreto de sus habitaciones. Todo eso se puede mantener y luego hablar de paranoia conspirativa.
 En fin comienza a dar lastima. Si no fuera tan enfermizamente dañino hasta daría lastima.
“Tres argumentos contundentes: obligar a los hijos e hijas a ir dando tumbos aunque no quieran no puede ser bueno para su desarrollo emocional”.
El concepto de argumento y de contundente deja bastante que desear en los procesos mentales -¡Uy, perdón!, quise decir viscerales- de Doña Rosa. Un argumento se basa en su seguridad, en su desarrollo y su contundencia en el apoyo en los datos. Y ella como todo signo de esas exigencias formales da un "no puede ser".
¿No puede ser?, ¿por qué no puede ser? por el simple motivo de que a ella no le viene bien que lo sea.
Veamos un ejemplo de argumento contundente.
Un estudio realizado por la Universidad de Illinois entre 2.300 niños y adolescentes de parejas divorciadas en los que había representantes de todas las clases sociales, de las principales zonas y entornos geográficos de Estados Unidos e igual número aproximado de hijos en situación de custodia compartida, real o legal, que de custodia unitaria concluye que encontró un 72 por ciento más de depresiones infantiles y adolescentes  por sentimiento de pérdida y abandono entre los que se mantenían en custodia unitaria, un 48 por ciento de rabia e inaceptación del divorcio de sus padres, un 62 por ciento de hijos que se consideraban culpables de la separación de sus padres.
Esos elementos psicológicos no superaron en ningún caso más del 18 por ciento en los niños y adolescentes que se encontraban en situación de custodia compartida.
Por no decir que entre los hijos que habían vivido en custodia compartida de hecho y que –generalmente por motivos económicos de uno de sus padres- habían tenido que abandonar la situación al perder la vivienda uno de los progenitores hubo un 86 por ciento que afirmo que prefería la situación anterior. O sea que preferían a tener a sus dos padres que no tener que mover la bolsa de viaje cada quince días. Pero claro a un hijo a una hija no suele importarle que uno de sus progenitores sea hombre y por tanto miembro inconsciente del patriarcado que la somete a todo tipo de esclavitudes y perversiones.
Pero ese estudio no es de feministas, no lo ha publicado El PAIS -aunque estoy seguro que sabe de su existencia. Así que no debe ser tenido en cuenta.
Y por si creen que lo que ocurre allende los mares no es aplicable les diré que un reciente estudio del Colegio de Psicólogos de Barcelona afirma que el 86 por ciento de los niños que son tratados por los psicólogos infantiles presentan problemas derivados del divorcio de sus padres y de la perdida de referencia de uno de ellos. No parece que la custodia unitaria sea la panacea para la estabilidad emocional de los hijos de los divorciados.
Datos, estudios y opiniones expertas. Eso es un argumento sólido, no irrefutable, pero sólido. No un "no puede ser bueno porque yo digo que no puede ser bueno y me viene bien que ustedes lo piensen así"
Doña Rosa, doña Rosa, para argumentar hay que saber hacerlo. Se sea hombre o mujer.
"La custodia compartida impuesta y no pactada no es más que una maniobra para evitar la pensión y el disfrute de la vivienda para quien normalmente se queda con la descendencia".
Claro, es una maniobra perversa hacerte cargo del sostenimiento económico de toda tu progenie durante seis meses al año de forma autónoma y completa para no tener que darle un dinero a tu ex pareja sobre el que no tienes ningún control y del que no le puedes ni siquiera exigir que utilice para los hijos y no para las reformas en su casa o sus vacaciones de Semana Santa. ¡Cuánto sale ganando económicamente el padre que hace eso! Gracias por hacernos caer en la cuenta de ello.
¡Cuánto sale perdiendo económicamente la mujer que no tiene la custodia unitaria!, Gracias también por ocultárnoslo.
Por no hablar e incidir en el hecho de que este argumento suyo tira por tierra el primero. De modo que si la mujer acepta la custodia compartida entonces el dar tumbos ya no es malo para la estabilidad emocional de los menores. O sea que la estabilidad emocional de los menores está sometida al arbitrio de las necesidades económicas de su madre.
Señora Solbes -parece mentira que comparta apellido con un ministro de economía- eso ya ni siquiera puede considerarse un argumento. Se parece mucho más a un mandamiento bíblico, a un sura coránico o a un versículo del Levítico.
Pero aun así su argumento puede seguirse -por falaz que sea- y obtenerse una conclusión. Si el problema está en que el movimiento desestabiliza a un adolescente -¡que curiosa ley física!- y la custodia compartida es una maniobra para privar al custodio de la vivienda. Hay una solución: Que la vivienda se asigne a los menores y que ellos no se muevan y los padres se turnen en acceder a ella para cuidarles.
¡No hace falta que grite Señora Solbes! Ya sé que entonces la mujer tendrá que mantener un alquiler y la mitad del pago de una hipoteca, tendrá que ajustar sus ritmos a los de sus hijos y tendrá que asumir las incomodidades de cambiar de residencia cada seis meses. Pero la parte económica de eso la llevan asumiendo todos los hombres separados sin custodia desde hace cuarenta años en este país ¿no se supone que usted busca la igualdad y el beneficio de los menores?
Los argumentos también exigen de elementos ejemplificadores. No son necesarios pero pueden darse.
Yo conozco a un cuarto de centuria -los he contado hoy mismo aposta- de menores que viven con sus padres divorciados en situación de custodia compartida. Todos ellos son estables -todo lo estables que son los niños y los adolescentes- y carecen de ningún problema emocional por el hecho de cambiar cada quince días de casa. Ajustan sus agendas antes, se hacen responsables de sus cosas antes y crecen como si nada. Eso sí exigen los posters de Justin Beaver y Hannah Montana por duplicado.
Y conozco a hijos de mujeres con custodia unitaria que le preguntan a la pareja de su padre si ella es su nueva madre porque su madre la ha dicho que su pareja es su nuevo padre, que ven como su madre les niega prácticamente todo mientras concede capricho tras capricho a las hijas de su segundo matrimonio porque argumenta que "tu padre no da dinero para nada" mientras mete su Smartphone de última generación en su bolso de Louis Vuitton camino de su fin de semana en Ibiza después de recibir el ingreso mileurista que me consta que religiosamente le hace su ex marido.
Afortunadamente existe la campana de Gauss -busque el concepto en la wikipedia, señora Solbes, antes de hablar de sociología- y quiero creer que ese ejemplo es solamente el extremo de la campana.
"En demasiadas ocasiones se convierte en un instrumento más del maltrato, ya que pretende castigar a las mujeres donde más les duele".
Este es el tercer irrefutable argumento de Doña Rosa. Sin cintas ni lazos, solamente con jactancia -parafraseando a Cyrano de Bergerac-.
Y es de suponer que las mujeres no hacen eso. No niegan visitas, no cambian de residencia sin comunicárselo a sus ex para que estos no vean a los niños para hacerles daño, para vengarse de que las hayan dejado o de que no hayan querido continuar una historia que ellos han dado por muerta.
Las mujeres no hacen eso. Ninguna mujer hacer eso
¿Cómo decía la Señora Solbes al principio? "no puede ser bueno que se sepa que algunas o muchas mujeres hacen eso". 
Bueno, en honor del Día del Padre y de la Señora Doña Rosa Solbes terminaré con esto en un segundo post.
Que todos sabemos que la capacidad de lectura en internet es limitada. Aunque yo fuerce más el límite que la buena de doña Rosa.

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