sábado, abril 04, 2009

Córdoba o el pregón de las narices -uy perdón, quise decir de las raíces-

Ya estamos otra vez con los pregones.
Esto de los pregones me tiene un poco escamado. Si las fiestas se marcan en el calendario -en rojo, en verde, etc, etc.-, si, además, las anuncian en los periódicos, se publican en el Boletín Oficial del Estado y se anuncian con filas kilómetricas de coches en las carreteras, ¿para que se supone que sirven los pregoneros festivos?
Por lo que se ve para enlodar. Por lo menos los que hacen pregones de Semana Santa.
Curioso concepto ese el del pregón de Semana Santa porque me imagino que no estará pensado al modo del archifamoso ¡Pamplonicas, Viva San Fermín! con posterior estallido de chacolís, vinos de la tierra y sidra de todo a cien.
No me imagino yo una arenga semejante del estilo ¡Cofrades, Vivan los Trienta y pico latigazos del calvario! o ¡Nazarenos, Vivan las x mil caídas dolorosas camino del Gólgota! y mucho menos el posterior restallar de flajelos al únisono regados en abundantes litros de Lacrima Christi.
Así que ¿para que sive el pregón de Semana Santa? ¿Es que a los católicos se les olvida cuando se murió su supuesto salvador?, ¿es que, como la fiesta se mueve tanto, corre el riesgo de extraviarse?, ¿es, quizás, que la ola de laicismo que nos invade, como antaño el erotismo, hace necesario gritar a los cuatro vientos que la guardia muere pero no se rinde?
Porque no creo que el pregón esté destinado a hacer política sacra, recalcar los enfrentamientos y encender lo ánimos. No puede ser eso. Creo que he leído en algún libro de cuentos muy antiguo que el tal Joshua murió intentando evitar eso.
Me temo que, como todo en este circo sacro que se nos viene encima, sólo tiene una función: sacar los pies del tiesto.
Y como está para eso, se ataca a los homosexuales, se perora contra el laicismo y se arremete contra contratos y acuerdos sociales firmados y rubricados hace un cuarto de siglo.
Con lo sencillo que sería un festivo ¡Católicos, Viva la Pasión y Muerte -y resurrección, si el dogma lo precisa- de Cristo, Hincad la rodilla y a rezar tres días para lavar el alma y la conciencia! Y a otra cosa.
Lo más dantescamente divertido es que el pregoncito de marras -en este caso en Córdoba, pero podría haber sido en cualquier otro idiosincrático sitio de la geografia sacra de nuestro país- hace, como siempre referencia a defender "las raices cristianas de la sociedad".
Y lo hace, ignorando que la fiesta que hacen se inventó para cubrir otra muy anterior que nada tenía que vercon su profeta y supuesto redentor, que esos pasos tan bien tallados de Salcillo o Churriguera son remedos modernos de estatuas de Beltaine y otros dioses menores que recorrián los bosques -también por el solsticio- buscando más cosechas y menos redención y más lluvias primaverales y menos perdón de los pecados.
Ignorando que las raices de la sociedad que les permite perorar contra las leyes gracias a la Libertad de Expresión se asientan en la tierra liberal y laica de la revolución francesa; que el derecho básico a la vida, que tremolan con sus lacitos blancos tan elegentes y virginales, hunde sus zarcillos en lo más profundo de una Declaración de Derechos del Hombre que, poco o nada tiene que ver con la supuesta tradición cristiana; que la Libertad de Culto que sacan a colación cada vez que alguien les lleva la contraria o les recorta dádivas y fondos hunde sus raices en el concepto romano de panteismo imperial -que curiosamente judíos y cristianos fueron los únicos en no respetar-.
Recurren a las raíces, olvidando que el cristianismo ortodoxo y romano ha hecho todo lo posible por eliminar esas raíces a lo largo de los siglos para sustituirlas por otras que se inventaban sobre la marcha, que ingertaban a toda prisa y que hacían crecer abonadas degolpes de inquisición y derramas de miedo.
Hablan de un derecho que es romano y pagano y napoleónico y anticlerical.
Hablan de una ciencia que es griega y pagana y nazarí y musulmana.
Hablán de una lengua que es latina y pagana, árabe y musulmana y germánica y arriana.
Hablan de unas fiestas que son celtas y paganas.
Hablan de una filosofía que fue griega, romana y pagana mucho antes que escolástica.
Hablan de divisiones geográficas que fueron romanas y árabes mucho antes que cristianas
Hablan de un conceto de pueblo que fue bárbaro, franco, godo y pagano
Y todo eso se supone que no son nuestras raíces, que no forman parte de todos esos intangibles que conformaron la cultura y la forma de organización social y política de occidente.
Y en todo ello poco hay de cristiano y mucho menos aún de católico.
Claro que quizás se refieran a la intolerancia religiosa, al poder absoluto basado en el derecho divino, al adoctrinamiento, a la imposición por la fuerza la sangre y el fuego del pensamiento único y la moral unívoca.
Si es a eso a lo que se refieren con las "raices católicas de la cultura occidental" entonces van a tener razón
Ahora comprendo el pregón mucho mejor. Es un alivio.

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